En este blog se publican algunos relatos que se encasillan dentro de un modelo intertextual o intergenerico literario, algunas publicadas en los fanzines "LA GONADA" y "LA MONO" y otras solo en sueños. Tambien hay otras historias patéticas y raras, pero que aparentemente no tienen que ver con nada, excepto con una mente catapultada por una abstraccion del soliloquio en la palabra...
miércoles, 18 de mayo de 2011
Rutina de placer
Hoy me desperté, no cuando sonó el despertador, sinó cuando ya me estaba convirtiendo en el profesional atrasado de la consultora. Aunque prefiero ser eso, que otra cosa, como el carretero-Canitrot o el enfermo hipocondríaco. La cosa es que me levanté y me serví un vaso de cambucha para comenzar el día energizao y con un golpe vitamínico ad hoc a mi dinámica rutina. Ya camino a la pega pasé a la Lican Ray a comprarme una empanada napolitana y mi sobre de café. Cuando taba en esa compra, veo que hay unos sándwich de ave pimentón del día anterior a mitad de precio, así que decido comprar uno igual. De postre un berlín a cien, ahí no mah, piola. Cuando iba hacia la oficina pase a comprar al Belisario unos panes con chicharrones que son majestuosamente deliciosos, así que entré al sector de horneado a buscarlos, el maestro panadero me conoce y me cierra un ojo como saludándome. Me tomo otro café por si las moscas y voy a la oficina a tomar desayuno: una manzana verde y un galletón de la casa. Al rato mi compañera de oficina me ofrece unas mandarinas que comimos ahí mismo. Antes de ir al almuerzo recuerdo que me comí unas avellanas tostadas que compre a la salida de las oficinas de gendarmería, ahí donde se va a firmar, como me contaron una vez…ya a la hora del lunch voy como siempre a servirme un caldillo de mariscos al Tiburón Dorado ahí en la feria, solo para abrir un poco el apetito. Ya que andaba por ahí pasé al Troncal a servirme una cazuela con una copita de vino para darle mas consistencia a mi alimentación, ya que estoy en etapa de crecimiento, de ahí pasé donde Don Pablo a pedirle esas guatitas que solo allí sirven y que son simplemente las mejores de Temuco. No contento con aquello voy al Gamiton a ver que tienen de colación. Tal sería mi buena suerte que justo tenían mi plato favorito de ese lugar: estofado de cerdo con puré. Pido un tecito para que no me duela la guatita. Cuando me iba de regreso a la oficina, veo que en el Comí Grosso hay asado alemán, y francamente no me pude resistir mi ambrosía y entré a servirme un platito. Las niñas de ahí son muy amables y simpáticas pienso cuando me compraba un helado de maquina a un costado del mercado. Al llegar a la oficina de nuevo, me sirvo un cafecito con un pedazo de torta que había en el refri. Ya en mi escritorio, me puse a divagar en mis pensamientos: “¡¡Oh que día tan largo y agotador!! No hallo la hora de llegar a la casa a tomar once”. Salgo de la pega y como es costumbre, antes de llegar a la casa pasé al Líder Express a comprarme algo, ya que tanto rato sentado da apetito.
Me di unas vueltas y decido comprar un pernil que estaba barato. Esta vez lo acompañaré con una ensaladita de coliflor y brócoli, porque no estaba ni ahí con ponerme a cocer papas. Cuando llego a la cabañita pongo el hervidor mientras aliño las ensaladas, fumándome un pipazo. En eso llega Kattambrita y me sirve unas tostadas de pan integral con mantequilla, yo tenía unas sopaipillas guardadas, así que sin pensarlo pasaron a la parrilla también, no sin antes ponerles una lámina de queso encima. Me sirvo la cena mientras vemos Los Simpson y tomamos mate con leche.
“Pucha que taba rico el pernil, nunca puedo dejar pal otro día” digo mientras recojo los huesos pa dárselos a los perritos que se ganan en la línea del tren al lado del campamento. En eso aparece Chasky love proponiendo tomarse unas chelitas. “Ya po”, decimos al unísono, te acompaño a comprar. Cuando veníamos de regreso pasamos a la panadería de San Antonio, La Escondida, a comprar algo dulce pa picar pa mientras, así que compramos unos tamborcitos y un pie de limón que son realmente exquisitos.
Mientas disfrutábamos nuestras cervecitas con una agradable conversación, recibí una llamada de mi amiga Yordi, invitándome a ir a La Vida a comer una chorrillana vegetariana, “de allá somos” le contesto, “vamos en seguida” así que nos emplumamos los tres hacia el local mientras nos engullíamos unos chocolates que nos dio la Chekeré cuando la saludamos en el camino.
Cuando estábamos allá, pedimos unas maltas pa pasar la terrible sed de la que éramos víctimas. Nos sentamos con las chicas y pedimos unas papas fritas de esas que traen salsa picante, como Chaski love no come ají, tuvimos que pedir de las otras, esas que vienen con salsa de yogourt y ciboulette.
Cuando se nos terminaron las maltas, pedimos unas botellas de vino mientras preparaban la chorrillana. En el escenario había dos artistas conceptuales: el Braulio, quien cantaba hasta el infinito: “manzanita, manzanita del Perú” mientras el Armin lo acompañaba con su harmónica. Ya con 3 botellas de vino en el cuerpo y con una chorrillana vegetariana, tuve que pedir una tabla, porque echaba de menos comer algo mas carnívoro. Después nos servimos unas piscolas de bajativo y nos fumamos unas volás que andaban dando vueltas por ahí.
Después me sentí un poco raro, así como que me dio la pálida, ya que tenia el estomago vació. Así que me puse a caminar como pude pa la casa. Ya un poco más repuesto pasé a la Picá de Mackenna a por unos completos pa pasar el bajón.
Llego a la casa y me tomo un pencazo de tequila que tenía muy bien guardado. Ya acostado me quedo pensando en la fiesta pizza que se viene lo cual hizo que me desvelara, ya que me cuesta quedarme dormido con hambre.
Fin
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